Paloma en la hoguera

¡Hola chuliss! Anoche estuve en la hoguera de San Juan. Los chicos de la parroquia cogieron cartones, cajas, papeles y Biblias e hicieron un gran montón en el patio de la iglesia.
- Padre Justino, padre Justino... ¿Quién fue San Juan?
- San Juan evangelista Palomita, escribió un evangelio.
- ¿Cuál de ellos?
Yo estaba bastante nerviosa, porque era el primer año que mis padres me dejaban ir a la hoguera:
- ¿Y podremos bailar alrededor de la hoguera? ¿Por qué en algunos sitios queman muñecos, se disfrazan de diablos, saltan por encima del fuego, queman papelitos... todas esas cosas las hizo San Juan?
- Sí Paloma, podréis bailar alrededor de la hoguera.
Total que llegó la noche tan esperada y nos reunimos en el patio. Mi padre insistió mucho y al final convenció a Justino para que prendiera la hoguera a las once, que a las doce era muy tarde, horas en las que sólo hay drogadictos y prostitutas por las calles.
Mi primo Segis llevaba la guitarra y bailábamos y cantábamos salmos alrededor del fuego. Justino llevaba vino, y bebimos un poquito. El vino es la sangre de Cristo, ¡pero cuidado! Si no estás acostumbrado a su divina fuerza te puede sentar mal. Así que yo tomé un par de vasitos, Segis alguno más, y Justino se hizo una transfusión completa. Pero él tiene enchufe, ya sabéis y tiene derecho a tomar tanta sangre de Jesús como quiera, hasta desangrarlo.
El espíritu de San Juan nos poseyó, y yo me sentía super feliz mirando el fuego haciendo ruiditos. Segis se me acercó:
- ¡Qué feliz soy Segis! ¡Qué cosa más bonita! Noto a Dios todo dentro de mí, no me cabría ni una gotita más de Él.
- Eso habría que verlo. Pues ¿sabes? Yo estoy un poco depre - dijo.
- ¿Por qúe Segis? ¡Dios te ama!
Segis miró alrededor y susurró:
- Ven detrás del patio y te tocaré lo que nadie te ha tocado nunca.
- Jajaja, ¡Segis! ¡Pero qué tonto eres! Toca aquí delante de todo el mundo, estas cosas hay que compartirlas. Sólo es divertido cuando se hace en grupo.
Segismundo hizo un gesto extraño y se alejó, tambaleándose. Al parecer no le apetecía tocar más la guitarra por esa noche. Justino venía también caminando, muy lento y con los ojos muy rojos. Sin duda estaba extasiado ante la presencia de Dios esa noche en el aire, casi podía esnifarlo.
Cuando estuvo cerca de mí tropezó, uiss... (qué vergüenza), con tan mala suerte que tuvo que agarrarse a mí para no caerse... Me tocó ... una tetilla shhh.. jajajaja.
- ¡Uy! Lo siento Paloma, qué tropezón.
- Jajajja, no se preocupe Padre, ha estado usted a punto de caerse.
- ¿Qué tal va la noche Paloma?
- Muy bien padre, gracias. Ya puede soltar usted.
La madre Conchita vino y se llevó a Justino del brazo, sin duda necesitaba de su sabiduría para que le explicara alguno de los misterios que, en esta noche mágica de San Juan, hacían que nuestros espíritus se llenasen de alegría.



Comentarios:

[oZaR] el 25/6/2005 - 05:34

Así pienso yo también. Los creyentes y políticos han sido los mayores 'pecadores' en el transcurso de la historia.

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